- Las redes sociales alimentan el juego de compararse con otros. Cuando vemos las vidas «perfectas» de otras parejas en instagram o facebook nuestro concepto de lo «normal» se distorsiona. Todas esas imágenes muestran momentos idílicos que no logramos tener en nuestro propio matrimonio. Estas comparaciones despiertan decepciones y expectativas irreales y nos hacen sentir culpables por no ser tan perfectos.
- Compartir demasiada información disminuye la intimidad con tu pareja. Antes de las redes sociales la vida en pareja era un asunto íntimo. Ese beso, pelea, instante… eran privados y sagrados. Ahora casi todo es público. A veces, esos secretos y momentos sagrados crean una intimidad singular, una conexión especial. Protegiéndolos nos aseguramos que la intimidad no queda diluida.
- Disminuye el contacto diario con las pequeñas rutinas. Las pequeñas rutinas en pareja, ese desayuno juntos, el tiempo de charla, la comida… son muy importantes. Son pequeños gestos que requieren plena atención de mente y corazón. Interrumpidos por las redes sociales pierden su significado y valor.
- La batalla por pasar tiempo juntos… se hace más complicada. Es completamente cierto: las redes sociales son ladronas de tiempo. Hoy en día, como nunca antes, luchamos contrarreloj y apenas sacamos tiempo para estar juntos. Dedicar tantas horas a la pantalla es muy dañino para nuestra relación.
- La comunicación a través de la pantalla se convierte en estándar. La comunicación de pantalla a pantalla se ha convertido en una costumbre. Whatsapp, emails, emoticonos… nos expresamos en pequeñas ‘píldoras’, y a hablar por Skype o Facetime cara a cara lo consideramos tiempo de calidad. Las expectativas de que la relación se fortalezca en estas circunstancias son mínimas.
- Disminuye la valoración del mundo real. Nos guste o no, nuestra mente responde a las afirmaciones online. Nos conformamos con un «me gusta» o con «compartir», y nos acostumbramos a esos pequeños estímulos que nos hacen sentir bien. Las valoraciones basadas en internet desdibujan nuestra percepción del verdadero valor de nuestro matrimonio.
- Estar constantemente conectados agota la energía emocional. Hoy más que nunca podemos estar en contacto con todo el mundo: los compis del cole, de la universidad, amigos de la infancia, la familia… es una bendición, pero también puede convertirse en una maldición. Cuando invertimos tanto tiempo para estar con los demás, disminuyen nuestra capacidad y nuestra energía para estar con la pareja.
7 peligros de las redes sociales para el matrimonio
Cuando vemos las vidas «perfectas» de otras parejas en instagram o facebook nuestro concepto de lo «normal» se distorsiona

4 comentarios
Uffff!! Esos y seguro que muchos más… porque la proliferación de redes sociales y lo que comparten algunas hace todavía más difícil tener los pies en el suelo, entender la realidad y valorar a tu pareja en su justa medida.
Ahora mismo hay que estar mejor preparado que nunca para tener una relación de verdad!!
Hola Jaime!! La verdad es que nos viene bien a todos revisar la lista de vez en cuando y poner límites a la locura de los móviles y redes sociales…un beso!
Concuerdo con todo lo que mencionas en el artículo, si bien las redes sociales se han convertido en una herramienta de comunicación necesaria, su función termina ahí. Lo que esta tecnología no puede transmitir, son las emociones físicas, un beso, un abrazo, una caricia o percibir el aliento de esa persona con la que conversamos.
De aquí en adelante, lo que nos depara es un romance de máquinas electrónicas.
Exacto! Muchas gracias por tu comentario!!