Confieso que no me gusta nada tener que hacer la limpieza, poner en orden la casa o hacer maletas. Tampoco se me da nada bien hacer las cuentas ni organizar documentos. Mi marido siempre me escucha quejarme de que no me aclaro con los números, del sinsentido que considero el limpiar algo que se va ensuciar enseguida, o de lo mal que se me da a organizar. Tuve mucha suerte con él, porque es una persona muy empática y sabe escuchar muy bien.
Conociendo mis quejas en cuanto al asunto, él tuvo muy claro qué es lo que me haría feliz: organizar las cuentas y ayudarme en las tareas de la casa. Es verdad. Para mí este es el lenguaje primario del amor. El saber que los trabajos de la casa o las tareas de organización las estamos compartiendo, o bien me las resuelve él, me tranquiliza. Hasta que lo conocí tenía que enfrentarme a todos los asuntos y tareas yo sola, muchas veces en diferentes países, sin manejar bien los idiomas o sin conocer a nadie. Apoyarme en los actos de servicio y compartirlos es la ilusión más grande para mi.
Conocer bien los actos de servicio nos lleva a tres verdades:
Nuestro actos cambian, lo que hacíamos uno por otro antes de casarnos va a cambiar. Estando enamorados hacemos todo con mucho afán y entusiasmo. Pero una vez pasa la euforia, volvemos a nuestras rutinas y poco a poco se nos olvida el poder que tienen los gestos de ayuda. En muchos casos estamos copiando los ejemplos de nuestros padres (el papel que cada uno ejerce en su matrimonio) o la sociedad (p.ej: en casa trabajan solo las mujeres).
El amor es una decisión libre, no forzada. Si decidimos amar, nuestra forma de pedir va expresar este cariño y cuidado, reflejando nuestro amor. Es importante cuidar nuestras formas y no olvidar que las peticiones se pueden convertir en demandas, poniendo en peligro nuestra armonía.
Las críticas hacia nuestras conductas suelen ser maneras ineficaces de pedir amor y cariño. Quizás tu pareja te critica por no ayudarle a recoger la mesa o no echar gasolina al coche. Proponte empezar a hacerlo sin discusiones y verás la ilusión que provocarás.
Los actos de servicio son otra manera u oportunidad adicional para demostrar al otro el cariño y el amor que le tenemos. Si «hablamos» este lenguaje es porque sabemos lo importante que es para el otro y nunca va a pasar desapercibido. Pero lo más importante es que no se convierta en una competición de «quién hace más y mejor» por el otro. Se trata de vuestro matrimonio donde no hay adversarios, porque estáis en el mismo equipo.
Si quieres saber más, en nuestro podcast tenemos un episodio dedicado a los actos de servicio.