¿Creéis en un plan B? (10/15)

Me gusta aplicar el plan «B» en muchos ámbitos de vida, porque así estás más alerto, creativo y abierto a cualquier adversidad. Sin embrago creo que nuestra pareja no cabe en la categoría del plan B.

Es un secreto a voces. Vivimos en una sociedad de planes B, del «por si acaso», del «por si no sale lo que planeamos», de disponer de alternativas si por alguna razón nuestras ideas principales no tienen éxito.

Hay mucha gente que aplica esta filosofía en su vida, aunque también hay quienes creen que tener un plan B no es ninguna solución ideal. Personalmente, creo que existen ámbitos de la vida en los que a lo mejor conviene pensar en alternativas por adelantado: tu carrera, la economía familiar, los planes de vacaciones y ocio… pero en cuanto al matrimonio yo estoy con Fawn Weaver: no es nada bueno.

Me gusta aplicar el plan «B» en muchos ámbitos de vida, porque así estás más alerto, creativo y abierto a cualquier adversidad. Sin embrago creo que nuestra pareja no cabe en la categoría del plan B. Y te doy dos buenas razones:

  1. Debilita vuestro compromiso. Es un ingrediente fundamental en cualquier relación, pero sobre todo en un matrimonio. Si estás abierto a otras opciones, sinceramente no tendrás tiempo ni capacidad para comprometerte al 100% con tu pareja. El compromiso se trabaja con tiempo y esfuerzo.
  2. Resta importancia a vuestra relación. Hay cosas en la vida que no tienen precio, que no entran en categoría de los negocios. Para mi el amor a mi marido cae en esa categoría. Quiero dedicar todas mi capacidades para crecer con él y aprender a amar siempre.

Aparentemente, contar con un plan «por si acaso» (por si no nos va bien, por si ya no somos los mismos, por si ya no hay amor, por si pasa algo grave…) nos distrae inconscientemente del camino feliz y las ilusiones que tenemos al principio. Agota nuestra energía y esfuerzos para crear la felicidad en el momento actual y dar todo en el matrimonio. En fin, nos despista del único plan que nos hemos prometido desde el principio: «Querernos en lo bueno y en lo malo todos los días de nuestra vida».

Os desafío con la siguiente pregunta:

¿Alguno, o los dos, pensáis en un plan B? (imaginándoos con otras personas u otras circunstancias financieras...) ¿Hay áreas de vuestras vidas donde estáis poniendo el freno y no dando todo en la relación porque tenéis en mente un plan B?

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Articulo inspirado en el libro «The Argument-Free Marriage» (Fawn Weaver)

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