Si existe una manera efectiva para llegar a conectar y conocer mejor a un niño es jugando con él. Todos los que tienen hijos o sobrinos pequeños lo saben. Jugar es divertirse, perder la noción del tiempo, explorar y experimentar cosas nuevas. ¿A quién no le gusta divertirse?
Sorprendentemente, es una pregunta muy relevante hoy en día. La tendencia de nuestro tiempo es ver el juego como una perdida de tiempo, una cosa de niños, algo que no es necesario o importante. ¿Y si te digo que es al revés? ¿Que es algo fundamental y necesario tanto para niños como para adultos? Si hay algo recomendable hoy en día, que nos puede sacar de la rutina, la monotonía y el cansancio pandémico, es precisamente el juego.
Este es un tema muy estudiado por educadores y terapeutas, en especial los de la terapia Gestalt. Es en ella donde se aprovecha de manera muy eficaz la potencia y singularidad que tiene jugar. Lo que se está comprobando una y otra vez es que las características del juego aceleran el proceso de cambio e impactan en los pacientes de manera muy positiva. ¿Y por qué es tan eficaz?
- Es creativo. Te saca de la rutina, te hace pensar diferente, y revela novedades sobre ti o los demás.
- Es temporal. Lleva a un espacio de fantasía, de «y si…?», donde podemos permitirnos actuar sin consecuencias graves.
- Tiene reglas concretas. Te obliga a ajustarte a unas normas y así crea seguridad y un espacio común con los demás.
- Es estimulante. A menudo descubres nuevas soluciones, te obliga a tener un pensamiento critico y a tomar las decisiones rápidas.
Son características que nos ayudan a crecer y aprender de nosotros mismos y los demás, a conectar de una manera nueva, a empatizar, y lo que más me gusta, te obliga a estar presente, inmerso en el acto. Así que si hay algún hábito atómico que puede beneficiar no solamente a tu vida de pareja sino a toda tu familia, es el hábito de jugar.
En este año de pandemia, donde nos hemos encerrado más en nuestras casas, todos frente a las pantallas y envueltos en una constante rutina, el tiempo de juego es vital y muy reparador. Si os animáis a incluir este potente hábito en vuestras vidas de pareja o familia, vais a notar estas ventajas:
- Mejor comunicación: se ve mucho con los niños, si les cuesta hablar y conectar en el día a día, es durante el juego cuando se abren con facilidad. A los adultos también nos sucede algo similar.
- Más entusiasmo y alegría: cuanto se trata de arriesgar y salir de la rutina, nos relajamos y volvemos más espontáneos.
- Diversión: cuando damos protagonismo a la novedad y creatividad, el pasárselo bien está garantizado.
- Unidad y empatía: la zona de juego nos une y conecta, y nos obliga a crear un espacio temporal en el que formamos un equipo.
- Tiempo de calidad: cuando todos estamos volcados con gusto y ganas, con un objetivo y esfuerzo común, creamos un espacio de tiempo de calidad, donde cada uno participa y pone de su parte con el fin de estar juntos y potenciar nuestras relaciones.
- Aprendizaje y solución de problemas: el ambiente de juego proporciona nuevas perspectivas, inspira a buscar nuevas soluciones y a explorar campos desconocidos.
Creo que el tema del juego, ese tiempo fuera de obligaciones, rutinas y tareas, puede aportar muchas ventajas a nuestra salud y bienestar en familia y pareja.
¡Atrévete! Participa más en los juegos de tus hijos o sobrinos, saca los juegos de mesa, que los hay a millones, y empieza a aprovechar esta herramienta que va a potenciar tanto vuestra relación como la de toda la familia.