Se trata sin duda de mi película favorita. Una historia que me ayudó a despertar nuevas inquietudes, buscar nuevas pasiones y descubrir la creatividad que tiene el arte de cocinar. Respiramos alegría, pasión y entusiasmo, además de los deliciosos sabores de la cocina francesa. De hecho, cuando salí del cine, me compré el libro de la cocina de Julia Child sin pensarlo un segundo.
Basada en dos historias reales, relata las vidas de dos matrimonios en los que las mujeres se hacen aficionadas a la cocina. Gracias al apoyo y ánimo que reciben por parte de sus maridos, las protagonistas consiguen perfeccionar el arte de cocinar. Son ejemplos de cómo mediante la inclusión se consigue el apoyo del cónyuge en la vida profesional, y de ese modo crecer, apasionarse por hacer algo nuevo o buscar soluciones en el camino laboral.
Cuando me casé me di cuenta de que muchos proyectos que eran míos, personales, han pasado a ser de los dos. Porque si no fuera por mi marido no hubiera podido prepararme ante un reto laboral que surgió, o animarme a estudiar y buscar nuevas soluciones para una salida profesional. Él se ocupó de muchas tareas y me apoyó en momentos difíciles. Fueron también su tiempo y su trabajo los que contribuyeron a mis éxitos y nuevas oportunidades. Somos un equipo donde cuentan las capacidades y talentos de ambos para que salgamos ganando.
Por muy complicadas que se ven las vidas de ambas parejas, siempre hay interés y compromiso por parte de los dos. En uno de los momentos crítico se lo demuestran:
-Tu por lo menos tienes tu libro
-El libro también es tuyo, no lo hubiera podido
hacer sin ti
El encanto de la historia, además de tener como una de las protagonistas a Meryl Streep, es que no solamente lleva una serie de valores que no pasarán de moda, sino que también nos divierte con el tema que hará las delicias de todos: la cocina.