Creo que la virtud de la que quiero hablarte hoy es muy apreciada por todos… ¿a quién no le gustan las personas que están dispuestas a ajustar los planes según las necesidades, que son respetuosas con las decisiones y que se dejan influir por los demás? Las personas flexibles están muy solicitadas porque es una virtud imprescindible para la vida social.
Es más, el psiquiatra Tom Smith afirma que «La flexibilidad es un signo de salud mental y también es clave para un matrimonio feliz». Y no es el único que da tanta importancia a ser flexible. John Gottman, especialista en la vida en pareja, incluye la flexibilidad como una de las reglas de oro para una vida feliz.
¿Cómo beneficia la flexibilidad a nuestra relación?
- Nos hace más respetuosos y amables. Cuando te dejas influir, con buen criterio por supuesto, te vuelves más empático, entiendes mejor al otro y respetas más sus ideas, decisiones o las diferencias que tengáis. Así aumenta vuestro amor y confianza .
- Mejora nuestra comunicación. Dice Gottman que «la flexibilidad es una base para llegar a compromisos». Cuando nos mostramos flexibles, estamos más abiertos y dispuestos a tener buenas conversaciones y llegar a acuerdos.
- Nos ayuda a crecer; juntos y por separado. Cuando tenemos una mentalidad flexible estamos dispuestos a aprender, a escuchar con atención y a expandir nuestros conocimientos. Es una actitud imprescindible para mejorar en cualquier campo de la vida.
La flexibilidad es un valor incuestionable, pero hay que tener cuidado con una mala interpretación de ésta virtud. El dejarse llevar o ser espontáneo no son un valor. Es más, puede perjudicarnos si es que lo entendemos así. La definición correcta de flexibilidad es «la capacidad de adaptarse a la circunstancia o persona sin perder el criterio personal».
¿ Y hay algo que podamos hacer para mejorar la flexibilidad?
- Mejorar vuestra escucha. Hay un tipo de escucha que se llama escucha receptiva que consiste en validar la información (afirmando con frases como te entiendo, es cierto, a ver si comprendo bien…), prestar atención enfocada (dejar de lado las distracciones, móviles, tele…) y medir el estado anímico (si se está cansado, triste o estresado, no se va a escuchar bien). Cuando se escucha bien se entiende mejor, con lo cual estaremos más dispuestos a ser más flexibles.
- Observar y usar la capacidad crítica para poder tomar buenas decisiones. Como hemos dicho, la flexibilidad es una virtud siempre y cuando se tenga un buen criterio (no dejarse llevar por todo y todos). Así que practiquemos la buena observación y seamos conscientes de los buenos criterios.
- Salir a menudo de las zonas de confort. Adaptarse a las situaciones o decisiones nuevas requiere un pequeño esfuerzo, y esto es lo que nos ayuda a practicar la flexibilidad. Enfrentarse a lo desconocido es un buen ejercicio que nos preparará para ser personas más flexibles.
¿Y tú qué opinas? ¿Crees que sois flexibles y os dejáis influir uno al otro con facilidad? En cualquier caso, siempre se puede mejorar esta virtud si es que queremos crecer y potenciar nuestro matrimonio.
2 comentarios
Muchas gracias!!!
La pregunta aquí es: ¿cuando Deja de ser flexibilidad para ser “dejarse llevar”?
Yo imagino que será un continuo y que será fácil que no sepas realmente en que punto estás… y los extremos suelen ser menos aconsejables. ¿Como lo sabemos? ¿Como sabemos en que punto estamos?
Hola Jaime, muchas gracias por tu comentario. yo creo que para que flexibilidad sea un valor es bueno parar y preguntarse si está alineado con nuestros criterios, valores… es una costumbre de reflexión y ser más consciente de los momentos en los que podemos permitir dejarnos influir o poner límites…no sé si te contesté la pregunta:-)