Como siempre el final del año pisa el acelerador y ya estamos a mediados de diciembre… No sé exactamente cómo pero de repente solo faltan un par de semanas para las Navidades y la lista de lo que hay que hacer y preparar crece cada día..
No entiendo qué nos lleva exactamente a vivir la locura de tantas actividades, fiestas y compromisos, pero creo que todos identificamos las celebraciones Navideñas con una época de cierto agobio. En parte creo que es por el fuerte empuje de las redes sociales y de esta sociedad tan consumista, que nos tientan y distraen con sus «mejores versiones» Navideñas (compras, viajes, fiestas…), así que al final no somos capaces de liberarnos de esta locura de infinitas propuestas.
Personalmente, cada año me propongo anticipar las fiestas, de modo que cuando lleguen las fechas clave pueda realmente disfrutar de lo que esté sucediendo. Y creo que la clave está en saber que casi todo está en tus manos. Tenemos mucho más control sobre lo que está pasando de lo que pensamos. Así que hoy comparto con vosotros lo que está en mis manos para poder pasarlo realmente bien con mi marido y disfrutar de lo que es la esencia de Navidad:
- Está en mis manos elegir bien y a lo mejor prescindir de algunas actividades y encuentros sociales. Me encanta reunirme con amigos y familia, pero necesito tiempo para estar en casa y relajarme disfrutando de la tranquilidad.
- Está en mis manos vivir el presente y ser generosa con los demás. Aquí me refiero a dejar de lado las distracciones, de lo que me preocupa siempre (que en la mayoría de los casos es el móvil) y compartir tiempo de calidad con los demás.
- Está en mis manos crear un ambiente único, permitiendo a otros participar en los preparativos. Al final siempre nos quejamos de que no hay tiempo para estar con amigos, niños y familiares, pero a veces es tan sencillo como invitarles a compartir el tiempo en la cocina, ir con ellos de compras o pasar una tarde viviendo las tradiciones y recuerdos del pasado. ¡No seamos esclavos del empuje social, de copiar lo de los demás o de hacer «lo de siempre», sino que atrevámonos a crear nuestras auténticas Navidades!
- Está en mis manos ser agradecida. Me encanta este punto porque creo que es muy poderoso. Alguien ha dicho que no puedes estar estresado y agradecido al mismo tiempo. Es decir: si te paras a pensar en la cantidad de cosas por las que podrías estar agradecido de repente haces presente la realidad de lo bien que estás, de la suerte que tienes y de la cantidad de recursos y posibilidades que te esperan… esa perspectiva realmente cambia tu presente y no te deja agobiarte o preocuparte.
- Está en mis manos vivir las Navidades según mis creencias, practicando los rituales y dedicando tiempo de reflexión sobre la esencia y el sentido de éstas fiestas.
Mis reflexiones sobre lo que está en mis manos me sirven también para hacer un resumen del año que llega a su fin. Esa actitud de agradecimiento no solamente me ayuda sentirme bien,a darme cuenta de la cantidad de cosas buenas que tengo y de las razones por las que puedo ser feliz, sino que también me motiva y sirve como una carga positiva para crecer y contagiar esa felicidad hacia mi marido y hacia todos a mi alrededor. No sé si estaréis de acuerdo conmigo, pero resulta muy agradable estar con gente que es agradecida y por otro lado muy difícil tratar con los que no agradecen y no aprecian lo que tienen.
Así que éste año, antes de las Navidades y los propósitos del Año Nuevo, lo primero que voy hacer es darle gracias a mi marido: por tantos detalles de cada día que me hacen feliz, por sus ánimos con todo lo que hago en mi vida, por el tiempo que dedica para nosotros, la paciencia y cariño constante… y por muchas más cosas que voy a tener presentes a lo largo del año que viene.
¡No nos queda más que daros gracias por acompañarnos éste año y desearos la mejor Navidad y un fantástico Año Nuevo!
Monika&Julio