La idea de nuestro proyecto (blog, podcast y todo lo que esperamos desarrollar en el futuro), ha nacido por nuestro entusiasmo y preocupación por el tema de la vida en pareja. Vemos la importancia que tiene, su valor, y su impacto sobre la felicidad y muchos otros aspectos de la vida. En fin, como con todo lo que nos importa en la vida, tenemos la inquietud de invertir tiempo, interés y a veces un poco de dinero para crecer y aprender sobre cómo potenciar nuestra relación y disfrutarla al máximo.
El siguiente paso, nuestro deseo, es compartirlo con la mayor cantidad de gente posible. Al final, las mejores cosas de la vida saben aún mejor cuando las compartes. Sin embargo notamos que por lo general, el tema de las relaciones de pareja no está suficientemente valorado, comentado y cuidado.
Desafortunadamente, el interés y las ganas de hacer algo llegan casi siempre cuando ya es demasiado tarde: después de muchos años de convivencia, cuando ya hemos desarrollado malos hábitos, nos hemos acostrumbrado al status quo, y los hijos y los problemas cotidianos nos roban el tiempo y justifican los fracasos de pareja. Acabamos en rupturas casi siempre traumáticas porque no nos queda otra salida.
¿Te preguntaste alguna vez por qué no ponemos interés en este tema, o intentamos arreglarlo cuando ya es demasiado tarde?
A mi se me ocurren 3 razones que nos dejan más bien indiferentes ante el tema del matrimonio:
- No se puede presumir del matrimonio de una forma evidente, porque es una experiencia intangible: vivimos en la sociedad del bienestar y la comodidad donde principalmente se aprecia y valora el estatus económico, profesional, la imagen, los niños… cosas con las que puedes lucirte y presumir en directo y en las redes sociales. Estudiamos mucho, trabajamos mucho y nos cuidamos para que podamos disfrutar de lo mejor y ver los resultados y poder presumir de ellos de una forma evidente. Lo que ya nos preocupa menos es nuestro carácter, la calidad de las relaciones, los valores y el matrimonio, porque es mucho más difícil lucirlos, presumir de ellos. Francamente no está de moda porque no es tan fácil, lo que no lleva al segundo punto…
- Es un trabajo a largo plazo (toda la vida), y que requiere sacrificios: como somos una sociedad de lo instantáneo y lo inmediato, la idea del trabajo a largo plazo, del esfuerzo y la paciencia no nos seduce mucho. Construir una buena relación requiere intencionalidad, inversión y mucho tiempo de calidad para que podamos disfrutarla. Creo que hoy en día es más difícil apreciar ese esfuerzo y competir con el lema de lo inmediato y lo cómodo de la cultura millenial.
- La saturación de vida virtual nos engaña, y no sentimos la necesidad o el valor de la vida real: internet nos ha cambiado para siempre, y no solo en el sentido tecnológico y empresarial, si no sobre todo social. La sensación de estar «conectado» casi en todo el momento con todo el mundo nos crea una sensación de satisfacción muy real. El mero hecho de que en cualquier momento puedas hablar y ver a cualquier persona, saber lo que está haciendo, acompañarle un instante, nos engancha y crea la falsa impresión de que es suficiente para conocernos y tener amistades. Parece que lo virtual vale lo mismo que el contacto en directo, aunque todos sepamos que no es verdad.
Para mi estas tres son razones importantes por las que todos en algún momento podemos fallar y fracasar en nuestras relaciones. Las cosas que tienen mucho valor son difíciles de encontrar y de poseer. Lo he experimentado una y otra vez en mi propia vida: no hay atajos ni se puede esperar flotando para poder llegar a tener éxito, una buena carrera o buenas relaciones.
En todos los aspectos de mi vida intencionalidad, consistencia y trabajo duro me llevaron a aprender cosas importantes, a llevar a cabo compromisos, pero sobre todo a ser feliz en mi matrimonio.
2 comentarios
Yo pienso que el problema radica en la persona como ser individual.
creo que cada uno a lo largo de su vida tiene que ir trabajándose a si mismo (superar miedos, autoestima, amor propio y mucha reflexión de quienes somos, que queremos y hacia donde queremos ir (darle un sentido, una dirección a nuestra vida)
Cuando estamos en este proceso es cuando podemos empezar a discernir con mas claridad el tipo de pareja con la que queremos compartir nuestra vida (si es lo que queremos claro).
en conclusión, lo que veo es que la relaciones de pareja están siendo en muchos casos un objeto mas de consumo y no se le da la importancia que se merece estar en pareja porque se ha trivializado mucho.
(me echo un novio, porque la sociedad así lo estipula, porque ya tengo edad, etc., en vez de preguntarse ¿Quiero tener pareja? ¿estoy preparado para tener pareja? etc………………………………
También noto que falta como diría Erich Fromm una teoría del AMOR.
HASTA QUE NO HAGAMOS UN TRABAJO PROFUNDO EN NOSOTROS PRIMERO, ES DIFICIL QUE EXISTAN BUENAS RELACIONES Y SE ESTÁ EMPEZADO LA CASA POR EL TEJADO.
Un saludo y seguid así
¡Hola Juan!
Muchas gracias por tu comentario, estoy totalmente de acuerdo con que lo primero que hay que hacer para tener una buena relación de pareja (y en general para todas las relaciones) es conocerse bien y trabajar el propio carácter y personalidad. Tristemente hoy en día eso no le interesa a la mayoría, pero es precisamente lo que nos da la mejor base para una convivencia feliz. Hablé de eso en otros posts (p.ej.: A dos pasos del amor) y desde luego es lo que he vivido y experimentado yo en mi vida. «El crecimiento personal va antes que la felicidad en el matrimonio» (Henry Cloud)
¡Bienvenido a nuestro blog y un saludo!