Las virtudes en pareja: La voluntad

La voluntad es el primer paso, el principio de todo lo que nos proponemos hacer.

El último libro del psiquiatra y psicólogo Enrique Rojas «Todo lo que tienes que saber sobre la vida», me ha inspirado para hablar sobre otra virtud imprescindible para una relación feliz: la voluntad. El autor dedica una gran parte de su libro a las reflexiones que considera más importantes en la vida, y de entre ellas destaca esta virtud que supone «la facultad de poner los medios a mi alcance para conseguir un objetivo concreto», y en el caso de un amor autentico y duradero, el buscar el bien del otro: «la disposición para tratar a la otra persona de la mejor manera posible». 

La voluntad nos abre paso en los caminos que queremos emprender. Es un primer paso, el principio de todo lo que nos proponemos hacer. Dice Enrique Rojas que «la voluntad es más importante que la inteligencia«: podemos ser muy inteligentes y saber mucho, tener información y conocimientos valiosos, pero sin voluntad, sin querer poner en práctica nuestro conocimiento, lo que aprendimos y sabemos… no nos sirve de nada. Sucede igual en el amor. Podemos soñar con tener una pareja, casarse, tener una relación feliz… pero sin voluntad, sin querer vivirlo bien, con corazón y razonamiento, nunca lo conseguiremos. 

De hecho la voluntad está ligada al compromiso, que es fundamental para una relación sana y feliz. Es una virtud que nos ayuda en el acto de comprometerse. Aprovechemos para repasar el significado del compromiso: es una decisión libre para dirigir tus habilidades y talentos en una dirección concreta. Y la voluntad, el querer hacer ese esfuerzo para alcanzar tus metas y objetivos, te ayuda con tu compromiso.

¿No te parece que voluntad, compromiso y amor están muy ligados? Yo estoy segura de que si. El acto de la voluntad es decidir; es el principio de la acción donde empieza todo. Luego viene el compromiso, esa decisión que ponemos en marcha una vez nos lanzamos a hacer algo. Y al final ambos nos ayudan a querer, a amar mejor. 

Así que primero te resumo por qué es bueno en pareja

  • Nos ayuda a fijar objetivos y metas. En el mundo de lo instantáneo, la voluntad nos ayuda, con pequeños actos, a fijar los objetivos a largo plazo, los que nos benefician más. Por ejemplo ahorrar y no gastarse todo el dinero, priorizar actividades, decidir las compras importantes, no querer tener todo, o invertir con pequeños gestos en nuestra relación para que prospere con el tiempo.
  • Nos aclara y ayuda a priorizar y evaluar.  Cuando nos decidimos, es decir, cuando ponemos voluntad en hacer las cosas y comprometernos, ese acto nos fortalece e ilusiona como pareja y por separado. Tomar decisiones, sobre todo las que afectan a nuestra relación, nos permite actuar con claridad y también con criterio. Sin esa determinación es más posible que nos dejemos llevar por las circunstancias o tomar decisiones indeseadas. 
  • Nos motiva: como todo en pareja, nos contagia. Cuando veo a mi pareja motivada y centrada en sus objetivos y metas, me motiva también a mí. Así podemos llegar a alcanzar nuestros sueños y la relación que deseamos. Si no tenemos objetivos, metas, ideas de hacia dónde queremos que se dirija nuestra vida en pareja, nos perderemos con facilidad, y además no veremos ni daremos valor a lo que nos interesa. 

¿Y cómo podemos mejorarla en pareja?

  1. Adquiriendo hábitos que nos ayuden a tomar buenas decisiones. Por ejemplo elijo despertarme más pronto para tener un rato de lectura o poder desayunar con mi pareja, hacer deporte 3 veces por semana, pasar tiempo de calidad con mis hijos todos los días, o comer con mi familia sin distracciones (tele, móvil, etc). Es vencer las pequeñas perezas para entrenarnos en poder tomar buenas decisiones.
  2. Motivándonos. Si no te sientes motivado será imposible tener voluntad. Hay que tener presentes los pasitos que hay por medio, que no son muy significativos pero sí imprescindibles para alcanzar nuestra meta. Yo personalmente me siento motivada cuando tengo claro lo que realmente quiero, cuando me imagino las posibilidades y me marco los pasos que me pueden ayudar a conseguir mis objetivos. Por ejemplo, cuando escribía mi libro me motivaba buscar material en el que basar mis argumentos, preparar el borrador, tener pequeños cuadernos donde apuntar los recursos que descubría, revisar las propuestas de diseño que hizo mi cuñado, etc.. Todos estos pasitos me ilusionaban y motivaban en el proceso de escritura. Estos gestos nos ayudan a proyectarnos al futuro y vernos conseguir por fin lo que nos hemos propuesto.
  3. Compartir nuestros objetivos y metas frecuentemente con nuestra pareja. De esto hablamos mucho aquí y en nuestro podcast porque es algo que a menudo se nos olvida en el camino. En un mundo tan cambiante y con tantas distracciones es fácil que nos olvidemos de los propósitos y objetivos que nos marcamos en el pasado, tanto personales como de pareja. Por eso es importante volver a menudo a hablar, a compartir, a comunicarnos mutuamente nuestras metas y pequeños logros, y a hacer ajustes en los propósitos a lo largo del tiempo. 

Al final la voluntad es la virtud de la acción, del tener presente nuestra realidad y poner en marcha pasos concretos: hábitos y motivación compartidos en pareja.

No me queda más que animarte a seguir creciendo juntos, apoyados por la voluntad que se desarrollará a base de pequeños actos durante toda vuestra vida.

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