Nos gusta tener la palabra «solución» en nuestro vocabulario diario. El saber que hay soluciones hoy en día casi para todo nos tranquiliza y da perspectiva de poder mover adelante, sin problemas o perdida del tiempo. Ante la falta de soluciones nos convertimos en rebeldes, luchadores. Queremos encontrar la cura, una salida para que las cosas mejoren, para que haya justicia…
Pero los problemas insolubles existen y de hecho son la mayoría, por mucho que nos cueste reconocerlo. Lo que conviene tener en cuenta es que cuando nos enfrentemos a algo sin solución, lo más probable es que nos vayamos a estancar. La buena noticia es que para que una relación prospere, no es necesario resolver grandes conflictos. La clave es saber como salir del estancamiento cuando el problema insoluble se nos ha ido de las manos. El Dr. Gottman habla de ocho signos de los problemas estancados:
- El conflicto os hace sentir rechazados.
- Habláis pero no avanzáis.
- Ninguno quiere ceder.
- Falta el buen humor.
- Acabáis frustrados.
- Os insultáis.
- Nunca llegáis a un acuerdo.
- Finalmente os distanciáis.
Para poder salir del estancamiento tenemos que entender bien por qué nos sucede, cuál es la causa de esta parálisis. El Dr. Gottman comenta que el estancamiento indica que tenemos sueños (aspiraciones, deseos, anhelos) que no se están realizando o no los respetáis entre vosotros. Por ejemplo, tu quieres ahorrar dinero pero tu pareja quiere vivir el presente y gastarlo en todos sus caprichos. A lo mejor tu pareja necesita saber que para ti la necesidad de ahorro significa mucho más que ser austero . Si le explicas que para ti es importante tener asegurada la jubilación porque has visto a tus padres vivir sus últimos años en la malas condiciones y no quieres que os suceda lo mismo, tu pareja entenderá mejor tu actitud y podréis llegar a un acuerdo o compromiso.
Reconocer y respetar los sueños y aspiraciones del otro es clave para salvar y enriquecer el matrimonio.
Los problemas insolubles no tienen remedio, pero podemos tomarlos con buena actitud y pasar de un estancamiento a un diálogo, una buena conversación. Es la única solución. Si tomamos tiempo y le explicamos bien cuáles son nuestros sueños, anhelos, aspiraciones… y por qué nos importan, al igual que escuchamos a la otra parte contarnos los suyos, crearemos un ambiente de confianza, acercamiento y empatía. Empieza hoy y pregúntate: ¿sabes cuáles son tus anhelos y deseos?. ¿Y los de tu pareja?